
Si te pregunto: ¿podrías realizar un voluntariado de dos horas a la semana para apoyar a unos chicos en situación vulnerable? Me responderás inmediatamente: “me encantaría, pero no tengo tiempo. Debo ver a mis hijos, a mis padres, la casa, mi negocio, etc, etc”. Okay, te entiendo. Sin embargo, si por ejemplo, se malogra la tubería y se inunda toda tu cocina, de seguro invertirás unas cinco horas, como mínimo, entre gasfiteros, repuestos y limpieza. ¡Oh, maravilla! Encontraste cinco horas libres para hacerlo en tu semana repleta. Prioridades, le llaman.
El común denominador en una reunión de mujeres es no tengo tiempo.
¿Sabes querida lectora que la semana tiene 168 horas? De esa ruma de tiempo, calculemos que trabajas como cualquier mortal unas 40 horas. Quizás me digas que trabajas ¡12 horas diarias! entre tu negocio y el trabajo de oficina. Te creemos. Pongamos que duermas 8 horas al día. Esas 56 las sumamos a las 60 que dices que chambeas y aun así, te quedan más de 50 horas libres que utilizas para estar con la familia, para ver TV, para hacer compras, para los quehaceres domésticos, para ir de shopping. No necesitamos muchas matemáticas, para saber que te quedan varias horas libres de polvo y paja.
No se trata de ahorrar unos minutos por aquí y otros por allá para poder vivir la vida que queremos. El tiempo aparece, se amolda, se estira. ¿Qué tal si priorizas tu tiempo libre, así como conseguirías las horas necesarias para esa inundación en tu cocina?
Piensa que cada minuto que usas al día es tu elección. No digas que no tienes tiempo, mejor di que no es tu prioridad. Te aseguro que, si te ofrezco mil soles por ese par de horas de voluntariado encontrarías el tiempo necesario para hacerlo y pedirías más horas. Todo se resume en las prioridades.
A veces nuestras elecciones son terribles, pero si somos inteligentes podremos llenar nuestro día con las actividades que deban estar presentes, que nos sumen felicidad.
Realiza este ejercicio: Escribe una lista con cinco prioridades para tu nuevo calendario, con cosas formidables que planees realizar y que harán que cada mes sea espectacular. Luego prepara un nuevo horario incluyendo tres categorías esenciales:
Trabajo | Relaciones | Yo
Obviamente, al tener tres columnas, debemos escribir algo debajo de cada una. La línea que más completan las mujeres hoy en día, es la del trabajo. Te aconsejo pensar mejor tus prioridades, dentro de esa vida complicada que tienes y planificar las cosas buenas, primero. ¿Quieres hacer voluntariado de un par de horas, salir a ese paseo familiar tantas veces postergado, hacer pilates, tomar el curso de cerámica o de yoga? Puedes hacerlo. No necesitas muchas horas para hacer cosas satisfactorias.
En tus preciosos minutos libres no agarres tu celular y te pongas a eliminar fotos, mensajes o correos. ¡No! Que esos pequeños espacios de ocio, signifiquen paz y disfrute. Pueden ser minutos de lectura a solas. De meditación. Si no puedes almorzar o cenar con la familia, busca tiempito para desayunar juntos. Encuentra la combinación perfecta.
Tiempo hay de sobra para lo que verdaderamente importa.
“El trabajo solo se justifica por el tiempo libre”, C. Debord.